La vorágine actual deja muy poco tiempo para pensar, y es evidente que algunas preguntas cada vez se hacen menos; porque no interesan, o porque tal vez no sirvan de nada en el mundo en que vivimos. Pero en ciertos momentos, la reflexión es inevitable y uno se pregunta ¿cuántas personas de realidades absolutamente diferentes, y en momentos de la historia tan diversos, habrán estado paradas frente a ésta fachada a lo largo de los siglos y generaciones, observando lo mismo que yó en éste momento?
Y la respuesta es difícil de imaginar, entonces uno regresa al presente, y solo toma una foto... intentando ser parte del tiempo. Ese que impertérrito y omnipotente continuará su camino, tragándose el recuerdo de una lista interminable de mortales que seguirán llegando hasta la Ermita de Bruguers (Siglo XIII) en Gavá, Barcelona.